Carta de un estudiante ante la presencia de una bandera palestina en un edificio de la Universidad de Zaragoza

Desde la Coordinadora Estatal de Lucha contra el Antisemitismo queremos compartir esta carta recibida de forma anónima por parte de un estudiante universitario. En ella, el autor/-a expresa su preocupación y malestar ante la exhibición de una bandera palestina en el edificio de Serigrafía de su universidad, una acción inadecuada en el contexto académico y potencialmente discriminatoria hacia el alumnado judío.

Más allá del contenido del cartel, lo verdaderamente relevante es cómo esta exhibición afecta emocionalmente a una parte del alumnado, en especial a los estudiantes judíos, que pueden sentirse señalados o incómodos en un entorno que debería ser neutral, plural y seguro para todos.

La carta, redactada con respeto y claridad, refleja la voz de muchos jóvenes que reclaman espacios educativos libres de símbolos políticos y de actitudes que puedan fomentar el odio o la exclusión.

Desde la Coordinadora queremos agradecer su valentía y responsabilidad al alzar la voz, y reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de la igualdad, la convivencia y la lucha contra el antisemitismo en todos los ámbitos de la sociedad. Expresamos nuestro apoyo a todos los estudiantes que defienden una convivencia basada en el respeto y la igualdad. Su testimonio merece ser escuchado y compartido.

Estimada Administración de la Universidad de Zaragoza,
Me dirijo a usted como estudiante/personal anónimo de su institución, impulsado por un profundo temor por mi seguridad personal y la integridad de mi entorno educativo. Mi anonimato no es una opción, sino una necesidad, nacida del clima escalofriante de intimidación y posible complicidad que su universidad ha permitido que se agrave. La dirección de correo electrónico asociada a esta queja no está vinculada a mi verdadera identidad, ya que no puedo arriesgarme a ser expuesto en un entorno que parece tolerar, cuando no respaldar, símbolos de odio y violencia contra mi pueblo.
En la puerta del edificio del Servicio de Reprografía del Campus Ebro, se exhibe prominentemente una bandera que representa a «Palestina». Esto no es una simple declaración política; es una descarada glorificación de la bárbara masacre perpetrada por terroristas de Hamás el 7 de octubre de 2023 contra las comunidades judías en la frontera con Israel. Ese atroz ataque segó más de 1200 vidas inocentes de la manera más cruel y sádica imaginable: tortura, violación, mutilación y asesinato a una escala sin precedentes. Entre las víctimas se encontraban muchos de mis seres queridos, cuyas memorias son profanadas por esta exhibición ofensiva. Colocar semejante símbolo en propiedad universitaria es escupir sobre sus tumbas y señalar un apoyo inequívoco a los perpetradores de genocidio y terror.
Me matriculé en la Universidad de Zaragoza con la razonable expectativa de que sería un refugio seguro e inclusivo para el desarrollo intelectual, libre de intolerancia y amenazas. En cambio, este acto de apoyo manifiesto al terrorismo ha destrozado esa ilusión, transformando el campus en un territorio hostil para estudiantes judíos como yo. El impacto psicológico ha sido devastador: mi rendimiento académico se ha desplomado bajo el peso de la ansiedad constante; mi salud mental se ha deteriorado hasta un estado de pavor perpetuo; y me muevo por el campus aterrorizada, ocultando mi origen y fe judía por temor a sufrir acoso, agresiones o algo peor por parte de quienes se envalentonan con este símbolo de odio. La presencia de la bandera implica complicidad institucional —o, como mínimo, negligencia grave— al promover vínculos con Hamás, una organización terrorista designada cuyo estatuto aboga por el exterminio de los judíos. Al permitir esto, la universidad envía un mensaje peligroso: que tales ideologías son aceptables, lo que podría alentar a estudiantes o personal a actuar en consecuencia. Esto no es una exageración. Es una amenaza directa para mi vida y la de otros miembros de la comunidad judía, ya que se han registrado numerosos incidentes en los que judíos o personas que los apoyan han sido atacados y asesinados mientras ondeaban la misma bandera.
Dado que el Servicio de Reprografía es una instalación controlada por el personal y frecuentada por estudiantes, resulta inconcebible que esta bandera apareciera sin el conocimiento, permiso o participación directa del personal universitario. Esto plantea serias dudas sobre la supervisión y la rendición de cuentas dentro de su administración. Exijo una investigación inmediata y exhaustiva sobre este asunto: identificar quién colocó la bandera, bajo qué autoridad se permitió y por qué se ha permitido que permanezca. Además, insisto en la pronta retirada de este símbolo abominable y en la implementación de medidas para prevenir futuros incidentes que pongan en peligro a los grupos minoritarios.
Exijo una respuesta detallada de la universidad que describa las medidas adoptadas en respuesta a esta queja, incluyendo las conclusiones de la investigación y las medidas disciplinarias impuestas. Esta información es crucial para que pueda evaluar si el campus sigue siendo un entorno viable y seguro para continuar mis estudios. Si la universidad no aborda este asunto con la urgencia y severidad que requiere —demostrando un compromiso con la erradicación del odio y la garantía de la seguridad para todos— no tendré más remedio que llevar el caso a instancias superiores. Esto incluye emprender acciones legales contra la Universidad de Zaragoza por fomentar un entorno educativo discriminatorio y hostil que ha perjudicado directamente mi productividad, mi bienestar y mis derechos fundamentales. Estoy dispuesto a demandar por daños y perjuicios relacionados con el sufrimiento emocional, la interrupción de mis estudios y las posibles violaciones de las leyes antidiscriminación, y exigir responsabilidades a la institución ante los tribunales si fuera necesario.
Adjunto a este correo electrónico encontrará evidencia fotográfica de la bandera en la entrada del edificio, con fecha y hora y geolocalización para su verificación. Le insto a que trate esta queja con la máxima seriedad; de lo contrario, solo se confirmará la profunda indiferencia o parcialidad institucional.
Espero su pronta respuesta.
Atentamente,
Estudiante anónimo