Este miércoles, 4 de junio, se han producido concentraciones en numerosos centros educativos de La Rioja y Navarra bajo el lema de «poner fin al genocidio en Palestina», una convocatoria impulsada por el colectivo recientemente creado Educación por Palestina La Rioja. La iniciativa, que ha contado con la participación de al menos 27 centros educativos, incluidos algunos concertados, ha generado una profunda preocupación entre diversos sectores sociales, educativos y jurídicos por el uso político del sistema educativo y la difusión de acusaciones graves y controvertidas.
Desde distintas voces se ha denunciado que estas concentraciones, desarrolladas en horario lectivo y con la participación de menores, han presentado como hechos indiscutibles acusaciones de genocidio contra el Estado de Israel, ignorando la complejidad del conflicto en Oriente Medio y vulnerando el principio de neutralidad ideológica que debería regir en la escuela pública.
Resulta especialmente grave que se involucre al alumnado en manifestaciones que presentan una única narrativa, cargada de juicios políticos, y que pueden contribuir a la propagación de prejuicios, especialmente en un contexto europeo donde el antisemitismo está repuntando de forma alarmante. La utilización del término «genocidio» no solo es jurídicamente imprecisa según organismos internacionales, sino que también banaliza crímenes históricos reales como el Holocausto.
Numerosos padres y profesionales de la educación han mostrado su malestar por lo que consideran una instrumentalización ideológica de las aulas, contraria a los principios de pluralidad, respeto y pensamiento crítico que deben promoverse en el ámbito escolar. Se ha exigido una investigación sobre el uso de recursos públicos y espacios educativos para la celebración de estas concentraciones y actividades.
La educación debe formar en el respeto, la convivencia y la búsqueda de la verdad desde el conocimiento riguroso, no desde la manipulación emocional ni el adoctrinamiento político.
