OTRO 25 DE NOVIEMBRE RECORDANDO A LAS MUJERES ISRAELÍES VIOLADAS Y A LAS REHENES DE HAMAS
El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, aniversario de la trágica fecha de 1960 en la que se cometió el asesinato de tres hermanas dominicas activistas opositoras a la dictadura de Rafael Trujillo. Ese día fueron brutalmente asesinadas y sus muertes fueron simuladas para que parecieran accidentes.
Es un día en el que la sociedad reflexiona sobre el progreso y los logros conseguidos para eliminar la violencia de género y denunciar la violencia que se ejerce contra las mujeres en todo el mundo y se reclaman políticas adecuadas a realizar en todos los países, para su erradicación total.
Para ello se organizan actividades que generen conciencia sobre las múltiples manifestaciones de violencia que sufren las mujeres y niñas alrededor del mundo y se promueven acciones para combatirlas. Es un llamamiento a la acción para que todos juntos construyamos un mundo libre de violencia y desigualdades de género.
Pero, ¿qué van a celebrar las organizaciones feministas y el populismo izquierdista en España?
A diario hay multitud de mujeres cristianas secuestradas, violadas y convertidas a la fuerza al islam en Nigeria, Pakistán, Sudán, Egipto, Somalia, Libia, Eritrea e Irán, por grupos islamistas y yihadistas.
Otro tanto sucede con las mujeres que viven bajo las teocracias islamistas (Irán, Yemen, Sudán, Arabia Saudita, Mauritania, Afganistán, entre otros), donde su presencia pública es limitada, donde son obligadas a cubrir su cabello y su cuerpo excepto la cara y las manos, donde viven bajo un sistema de “tutela” machista que controla y niega la libertad y autonomía personal, penalizando de diferentes maneras a aquellas que no se doblegan, incluso con la tortura y con la muerte. Dada la represión a las que se les somete y su persecución en el caso de que luchen por una democracia en donde puedan tener libertad de expresión, pluralidad política, igualdad y otros valores democráticos, se las penaliza de diferentes maneras, incluso con el asesinato, como sucedió a Mahsa Amini, iraní de origen kurdo,
arrestada y torturada hasta la muerte por la policía religiosa islámica, por no usar su hiyab correctamente.
Todas ellas están a la espera de que el mundo cambie y mientras tanto, viven sin esperanza, viendo cómo los gobiernos occidentales europeos junto al de EEUU coquetean con sus líderes y hasta les apoyan, incluidas muchas organizaciones feministas con su silencio cómplice y su dolosa omisión de denuncia, sin salir en defensa de esos millones de mujeres a las que se las somete brutalmente.
Y las últimas, las cruelmente olvidadas, las mujeres israelíes que el 7 de octubre de 2023 fueron sometidas a una violencia desconocida en la historia e inconcebible en la condición humana, mediante violaciones, torturas bestiales, mutilaciones brutales, de una malignidad inimaginable, crueldad en estado puro, irracionalmente ejecutado por fanáticos, maldad desenfrenada, en carne viva y sin tapujos. Un mal que no tiene nada que ver con una guerra entre etnias, naciones o ideologías. Un mal que asesinó a la conciencia de todos.
Fue un desgarro en el orden de las cosas que abrió un abismo moral debido a las atrocidades perpetradas por unos fanáticos que grabaron todo lo sucedido y llamaron a sus madres con las manos llenas de sangre para contarles orgullosos sus hazañas, que colgaron inmediatamente los vídeos en las redes sociales portando cabezas cortadas, enseñando a chicas reventadas y desgarradas, mostrando a viejos torturados y a niños carbonizados o acribillados, con un odio sordo, loco y casi ilimitado. ¿En qué mente humana cabe semejante atrocidad?
Y tras lo ocurrido vino la segunda parte, la de las almas malvadas del mundo occidental, la de aquellos que decidieron no haber visto nada o no creer aquello que estaba grabado y recorría todas las redes sociales e informativos y que resolvieron reinterpretar las imágenes que habían visto sus ojos. Se dejó de defender la sagrada palabra de las mujeres ante el maltrato y las violaciones, el secuestro y utilización de la violencia sexual en el ataque monstruoso de Hamás.
Las organizaciones feministas no defendieron a las mujeres israelíes ni las ampararon, no valió el #MeToo para ellas. Incluso se llegó a poner en duda las violaciones y se apresuraron a apoyar a la “resistencia palestina” culpando a Israel de lo sucedido. Los populistas izquierdistas de América y Europa, lejos de expresar su solidaridad con las víctimas, se apresuraron a apoyar las manifestaciones hábilmente organizadas por los ideólogos de esta jauría encabezada por los terroristas de Hamas, enfatizando su solidaridad con los brutales ejecutores de la masacre. Tras las manifestaciones hubo vandalización y destrucción, como es habitual por estos grupos, en los que muchos de sus miembros van encapuchados, cual miembros del Ku Klux Klan.
El gobierno español, tan variopinto en su composición, se apresuró a reconocer al Estado de Palestina e incluso una de las ministras se adhirió al lema que enarbolan los terroristas, el grito que pretende exterminar al Estado de Israel, “Desde el río al mar”, sin saber siquiera a qué río o a qué mar se refieren.
Por tanto, NO hay nada de que celebrar en este día. Estamos envueltos en un seísmo de odio.
Las españolas judías, según la visión del absurdo mundo “woke”, nos hemos convertido en retoños del “hombre blanco”. Y siempre chocamos con un muro de incomprensión y desprecio cuando señalamos y hacemos ver el muy grave error de ser antisemitas porque sí, condenar y luchar contra la violencia ejercida sobre las mujeres y no hacerlo cuando estas mujeres son israelíes es antisemitismo, y la historia nos demuestra que el antisemitismo y su violencia siempre nos masacra
a nosotras, pero alcanzando también a los no judíos.
Y llegará desgraciadamente, arrasando como un sunami, a los silenciosos, los grises que no hacen oír su voz y permiten indiferentes que las españolas judías, las europeas judías, las israelíes judías, seamos ignoradas, abandonadas, en lugar de ser defendidas por quienes van de abanderadas de la lucha contra la violencia hacia las mujeres.
Desde el 7 de octubre de 2023, hace 1 año y 45 días, 410 días, 101 rehenes siguen secuestrados en manos de los terroristas en Gaza, entre ellos 19 mujeres.
En Madrid, a 22 de noviembre de 2024
Coordinadora Estatal de Lucha Contra el Antisemitismo
-Grupo contra la Misoginia, el Machismo, la Intolerancia-